junio 19, 2007

fIESTA cLANDESTINA_


Manu Chao dio lo mejor de sí en un concierto de dos horas que dejó complacidos a todos los residentes de esta ciudad y de lugares aledaños.
DALLAS -- El domingo pasado llegó a la ciudad de Dallas uno de los personajes del mundo de la música más queridos a nivel mundial,
el ex líder de Mano Negra, Manu Chao.
Francés por nacimiento y residenciado en Barcelona, España,
Chao está en plena gira mundial y a su paso por Estados Unidos,
Dallas alcanzó boleto, nos llevó directo a esa ficticia Estación Esperanza,
que durante todo el concierto no se cansó de repetir "Pase lo que pase y venga lo que venga/próxima estación/esperanza".
Lanzó consignas al gobierno actual y como un líder religioso, estuvo recordando a sus fanáticos de la importancia de la libertad.
El concierto se llevó a cabo en el Palladium, antiguo recinto de la música Country y albergó a un millar de alegres y eufóricos fanáticos
del clandestino mayor, que desde que salió, armaron al unísono una fiesta de poco más a las dos horas.
De hecho, una de las canciones que contó con mayor protagonismo de parte del público fue sin duda Clandestino,
sobre todo cuando Chao se colgó una bandera Mexicana y cantaba y mandaba saludos a México.
El tema clandestino narra las desventuras por no tener papeles legales del país en donde se vive,
algo que aquí y en estos momentos de tanta turbulencia respecto al tema migratorio,
quedó como anillo al dedo al público que celebró enormemente los estribillos de esta canción.
El público estaba poblado por una enorme diversidad de etnias y culturas, había de todos colores y tipos de piel,
e idiomas, porque lo mismo escuchaba español que inglés y francés en mis caminatas entre los fanáticos.
La única forma de distinguir a unos y otros era por su forma de bailar.
Radio Bemba se llama la banda que acompaña a Manu Chao y como auténticos compinches musicales,
los seis integrantes acompañaron a Chao de principio a fin.
Dos horas duró el concierto de Manu Chao,
uno en el que los músicos dieron todo complaciendo a un millar de individuos que salieron más que felices,
porque la experiencia de haber tenido a Chao en Dallas, fue histórica.

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